Dibujo de Nunzio Paci
Hace algunos meses en México
estuvo en boga y fue trending topic la noticia y discusión sobre leyes que
podrían aprobar la adopción entre parejas del mismo sexo, en el calor generado
por esta situación, volví a escuchar una queja constante de parte de muchos
conservadores como argumento oposicionista a las relaciones homosexuales: Eso
no es natural. Por lo que me gustaría por un rato al menos, hablar de esto.
Detengámonos
por un momento a pensar ¿Qué es lo natural? Y consecuentemente ¿Lo natural es
lo "correcto" por hacer?. Lo natural tendría que ser relacionado estrictamente a
nuestra condición como especie animal y hacia el instinto, de aquí surgiría una
nueva pregunta ¿Los humanos tenemos instinto?
Para comenzar
a abordar estas preguntas, empecemos diciendo, si el humano es producto de evolución y etológicamente somos
animales, por ende, si, tenemos instintos, impulsos que emanan de nuestra
animalidad, empujes tales como comer, tener relaciones sexuales, agredir,
defecar, son nuestras necesidades más básicas y el apuro por cumplirlas de la
forma más inmediata, pero, ¿Esto significa que debemos cumplir estos instintos al
momento? Claro que no, esto es algo que todos sabemos, lo que pondría, ya de
entrada, la evidencia de que nuestros instintos no nos controlan, hay algo por
encima de ellos, algo más fuerte, podemos llamarle educación, moralidad, razonamiento,
condicionamiento, ley, etc.
Se reconoce la existencia de instinto en los humanos,
y al Homo Sapiens como producto de una evolución milenaria. El psicoanálisis teoriza la existencia de otro elemento, similar al instinto en cuanto a fuerza
que empuja, pero exclusivamente humano, probablemente también producto de una
evolución, no biológica, pero compañera, una evolución a nivel psíquico,
producto de las acciones, de los cambios a la cultura, esto se conoce como pulsión.
Como ya dije,
la pulsión se asemeja al instinto en el sentido de que también es una fuerza
que empuja hacia algo, pero hay algunas diferencias, la principal es que la
pulsión no tiene objeto, ¿Qué quiero decir con esto?, el instinto posee un
objeto fijo, si un animal tiene hambre, su objeto es la comida, cualquier
comida, si un macho tiene el instinto de reproducción, la hembra será el objeto
de ese instinto, cuyo objetivo (reproducirse) solo podrá ser cumplido al
aparearse con una, aquí hay que dejar en claro que a diferencia del humano, los
animales no necesitan foreplay, y su instinto no los llevará hacia acciones no
reproductivas (felación, besos, caricias, etc), en el caso de la pulsión, la
cual no tiene objeto, no podemos hablar de que el tener hambre lleve
inmediatamente a comer cualquier cosa, si no que, al carecer de objeto, esta
necesidad de alimento puede ser postergada, o incluso rechazada solo porque no
hay lo que “se nos antoja”, y al experimentar deseos sexuales, no
necesariamente tiene que ser con el objetivo de reproducción, por lo tanto no
se necesita una persona del sexo opuesto, vaya, ni siquiera se necesita una
persona, la pulsión, que no tiene objeto fijo predeterminado, puede escoger un
objeto como zapatos, pañuelos, animales, manos; conformarse con ver, con
escuchar, y así una interminable lista de objetos posibles para la pulsión
(sexual para este ejemplo). Acá irremediablemente también deberíamos hablar de
otros conceptos meramente humanos como el deseo y la fantasía, pero por la
intensión de un texto breve, dejaremos para después.
Por lo tanto,
si hablamos de lo humano, se debe hablar más de lado de la pulsión que del
instinto (representante de lo natural-animal), ya que si algo demuestra la
historia registrada, es precisamente, que lo que hace el humano es, alejarse de
la naturaleza. Y bien, ¿Esto es bueno o
malo? El psicoanálisis, que no es una cosmovisión del mundo, no puede ni debe
decirlo, solo se limita a describir y teorizar sobre lo que ha acontecido, el humano, aterrado ante la amenaza de la naturaleza,
escogió vivir en grupo para protegerse, pero esta forma de vivir que le
favorecía en cuanto a supervivencia, también tenía y sigue teniendo un costo:
la represión y control de nuestros impulsos e instintos, y dejando una (entre
varias) forma posible de descarga aceptable: la sublimación, creadora de arte y
cultura, esta forma de vivir probablemente dio como resultado evolutivo
–utilizo esta palabra, por no contar con otra para tratar de decir que es el
resultado de un proceso de largos años-
a la pulsión, inherente a todo humano y solo a él.
Dicho todo lo
anterior, debo concluir diciendo que ante la proclamación de “Eso no es
natural” como argumento en contra de la homosexualidad, tendría que responder
que, si la pulsión (elemento exclusivo del humano) no tiene objeto, entonces lo
“natural” (naturalidad humana) sería precisamente que nuestro objeto sexual
esté entre toda una variedad de posibilidades (y no solo la heterosexual).
Psic.
Paulina Serrano F.

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