sábado, 5 de agosto de 2017

NEON GENESIS EVANGELION: Algunos pensamientos sobre psicoanálisis y la serie. PARTE 1


Fan art de desconocido


Todas son representaciones mías, 
solamente descripciones, no el yo verdadero, 
pero entonces, ¿Qué soy yo? 
–Shinji Ikari


Neon genesis evangelion es la serie de anime, obra maestra de Hideaki Anno que está cargada de material interpretativo, no solo desde el psicoanálisis sino de muchas otras perspectivas. La verdad es que asumiré que el lector sabe algo sobre la serie o mejor aún, la vio. En este texto lo que quiero es plantear y desarrollar algunos conceptos que la serie me hizo recordar de la teoría psicoanalítica, lo que no es de manera fortuita, pues Anno reconoce que hay elementos psicoanalíticos que están en la historia, y cómo pequeño dato adicional, decir que el creador de evangelion atravesaba una seria crisis depresiva al escribirlo, por lo hay en él un interés por el psicoanálisis. Empezaré por describir algunos conceptos necesarios para plantear una hipótesis sobre el personaje en que me centraré: Shinji Ikari, personaje odiado pero maravilloso que hoy se me presta para lo siguiente.

Me parece que no es ya tan desconocida la proposición freudiana de tres instancias psíquicas El Ello, Yo y Súper-yo (Es, Ich y Über-ich). A forma de explicación básica (sino es que burda) digamos que son “partes” de nosotros que exigen algo, cada una pide algo distinto y se maneja muy a su manera. El Ello es la instancia más primitiva y tiene como urgencia los más básicos instintos, pide que sean satisfechos inmediatamente, el Súper-yo es el tercero en desarrollarse y básicamente podemos decir que es ese “pequeño juez y verdugo” personal, resultado de las identificaciones y relación con los padres, muy cercano a la moral y lo que se nos ha enseñado que demos seguir como ideal, ambas actúan en mayor medida de forma inconsciente.

El Yo, instancia de la que más me interesa hablar ahora, es esa que esta “en medio” de las dos anteriores, cabe señalar que en su teoría, Freud  proponía la existencia de un adentro y un afuera en el mundo psíquico -a diferencia de Jaques Lacan quien habla de una extimidad, esto es algo así como un adentro-afuera, los dos al mismo tiempo-, para Freud, el Yo es ese que tiene más contacto con el mundo exterior y lo consciente,  y que también puede acceder y ser influenciado por el mundo interior, las otras dos instancias y lo inconsciente. Así pues, el Yo es el que pareciera estar siempre a merced de todo. Aquí me gustaría señalar  que el hecho de que se llame “Yo” no es ninguna coincidencia, muchos psicólogos equiparan el término a “personalidad”, ya que casi siempre cuando hablamos sobre quiénes somos hacemos referencia al Yo sin saberlo, sin embargo más adelante veremos que no somos ese Yo.  Para Freud nuestras vidas, lo que hacemos y cómo somos son resultado de una relación dialéctica entre las tres instancias, osea, de la relación y conflictos entre ellas.

Ahora que leímos un mínimo sobre qué son las instancias, veamos cómo es que se forma el Yo, interesante e importante en evangelion. No nacemos con un Yo, como dije, “se forma”, Lacan es quien teoriza al respecto en lo que denominó "estadio del espejo", en resumen lo que él nos dice es que este Yo se irá formando como resultado de las identificaciones con los otros, los semejantes, el primero de ellos será mamá, tal cual como se le oye decir a los personajes de Misato Katsuragi y Rei Ayanami en el episodio 26 a Shinji Ikari “Al reconocer la diferencia entre tú y los demás, fabricas tu propia imagen, y la primera persona diferente que aparece es tu madre” , y después todos los demás con quien tengamos contacto significativo; antes de este estadio toda nuestra energía (libidinal) estaba enfocada en nuestro propio cuerpo, digamos que en nosotros mismos erradicaba nuestro objeto pulsional, también en ese momento la madre y el niño eran “uno mismo”, viviendo una especie de relación simbiótica y es cuando la madre “ve” hacía otro lado, hacia alguien más, tal vez a un padre, que entra en el estadio del espejo y es aquí que el niño empezará a salir de ese narcisismo para preguntarse quiénes son esos otros que la madre ve y parece también querer, así comenzará un camino largo de identificaciones con los demás, donde prácticamente integrará un poco de ellos a sí mismo, con el objetivo inconsciente de convertirse en eso que mamá tal vez quiere y volver a ese estado simbiótico, el máximo placer experimentado. En esa carrera oculta, el Yo es lo que se irá formando como resultado, por lo que podemos decir que realmente no somos el Yo, ya que el Yo es un poco de todos los demás que hemos amado-admirado y odiado, y no “somos” algo como esencia, sino que más bien somos una representación y nadie se hace solo, refutando el self-made man que podríamos creer. También tendríamos que agregar que como propuesta de esta no-esencia se pone en juego la noción de realidad, la cual por lo tanto no sería lo mismo que verdad, ya que la realidad terminaría siendo percepción individual influenciada por los otros, por lo tanto podríamos decir que no hay UNA verdad, sino representaciones de lo real, intentos por simbolizarla (incluir esto real en nuestro lenguaje).

Pues bien ¿Qué implicaciones tiene que el Yo no sea una esencia y esté hecho de identificaciones?, En evangelion nos muestran dos constantemente a través de Shinji: Dolor y angustia. Y aquí me remitiré específicamente al capítulo 26 de la serie, donde este personaje está en una especie de interrogatorio, que pareciera que más bien es un interrogatorio que se hace él mismo, tratando de dar respuesta a esas preguntas que le resultan tan difíciles, y vemos a los demás personajes cuestionándolo al respecto, Shinji se pregunta principalmente sobre ¿qué es él?, y a lo largo del episodio los demás le dan pistas sobre lo frágil y complicada que es la definición sobre su ser, guiándolo hacía el entender que somos los otros y existimos gracias a los demás, los limites de nuestro cuerpo lo determinan ellos. ¿Cómo alguien no va a sufrir si su mayor pregunta no tiene respuesta?, No somos, representamos. La dolorosa incógnita de Shinji no es más que una búsqueda vacía, y sufre en su contacto con los otros porque ellos son él, y él son ellos, no puede confiar en ellos porque no sabe quién es él mismo, y los otros que lo han lastimado tanto, su padre distante, su madre al morir, forman parte de su Yo,  por lo tanto se detona un odio hacía sí mismo y resaltemos el hecho del dolor que se experimenta por ser formado por los otros, pero tener un solo cuerpo, diferente de los demás, sintiéndose similar y ajeno al mismo tiempo.

Tal vez con esto podamos entender un poco por qué Shinji se muestra como un personaje resentido, cobarde, llorón, temeroso que le busca sentido a la vida. A lo largo de toda la serie lo vemos actuar en base a esa angustia del no saber qué es y qué quieren los demás (pregunta que en realidad es “¿qué quiere mamá? Inconscientemente) y efecto del no-ser esencia y si ser representación, de los demás.

En la segunda parte de este pequeño trabajo abordaré algo que deviene de este sufrimiento de las incógnitas inconscientes no solo de Shinji sino de todos, algo que trata de aliviar toda esa angustia y dolor: El proyecto de instrumentalización ó complementación humana, que propone la ficticia SEELE en la serie y una tentadora y peligrosa pregunta, “¿Quiéres ser uno conmigo?”. 

                                                                                                                                             “¡FELICIDADES SHINJI!”
                                                                                  – palabras de todos los personajes a Shinji en el final de la serie. 

Psic. Paulina Serrano F.

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